Está localizado exactamente al final de la avenida del Oasis, en la planta alta del centro comercial que está situado junto al paseo de la charca. No es un restaurante pequeño, pero es imprescindible reservar para comer aquí, y mejor si es con tiempo, y cuando digo tiempo me refiero a más de una semana.
Tiene tres zonas: una de terraza con vistas al oasis de Maspalomas, que si el tiempo está bueno es ideal; otra interior, con una cristalera y con un ambiente muy íntimo; por último para después de la comida, o simplemente para tomar un refrigerio, hay una parte chillout con sillones, camas balinesas y una decoración oriental.
La zona interior también tiene un espíritu muy especial: múltiples budas, un caballo a tamaño natural, sombrillas en el techo, etc. Pueden ver más fotos en su sitio en Internet http://www.samsara-gc.com/ .
Para hablar del tipo de cocina que realizan, voy a transcribir un párrafo de su página web:
“Nuestra apuesta es refrescar los productos clásicos de la cocina occidental con aromas y texturas orientales, buscando un equilibrio entre ambos mundos gastronómicos y ofrecer ese resultado en un lugar en el que hemos intentando que la intimidad sea uno de los ingredientes de nuestra cocina. Donde el comer es la base, pero no lo único que ofrecemos.”
Los platos son talla XL, así que si son dos personas se recomienda pedir solo dos platos, y un postre (si gustan). En mi última visita fuimos cuatro, así que pudimos variar un poco más.
El personal del restaurante es muy atento, y explican con mucho gusto la filosofía Samsara y cómo están organizados sus platos. Ayudan a la elección del número y tipo de viandas y comentan que hay algunos platos picantes, y que estos están divididos en tres niveles según su potencia. Esto sirve para que luego no haya sorpresas. Además a veces hay platos fuera de carta, y el camarero te lo indica cuando ofrece el menú.
Tiene una carta de vinos variada, aunque con precios desde los 16 €. Para que se hagan una idea, en la mesa se pidió un Hoyo de la Vega Crianza a 23 €.
Antes de entrar a describir lo que comimos en esta ocasión, les diré que si se les van los ojos con la “ensalada de lechuguitas con pato confitado y sésamo”, pídanla. No se van a arrepentir.
- Samosa de verduritas: siempre brindan al comensal con una invitación para ir abriendo boca. En este caso fue este pequeño y crujiente manjar. Es un bocado que te pone al corriente de la calidad de la comida que se sirve en este restaurante.
- Queso de cabra sobre tosta con manzana confitada y mermelada de cebolla: la porción en sí, no es muy grande, pero viene acompañada de una generosísima y original ensalada. La combinación de los ingredientes principales es simplemente sublime. No tengo más que decir.
- Langostinos al curry rojo thai: nos dejaron bien claro que esto era lo más picante de la carta, aunque también que la sensación de “escozor” no duraba demasiado. Finalmente decidimos aventurarnos y no fue ninguna equivocación. Se sirven pelados, aunque con cabeza y cola, e inmersos en salsa con trocitos de verdura. El sabor es el mismo que si te lo tomaras en el propio Bangkok, exótico 100%. Y sí, notas un cosquilleo en la garganta, pero el secreto está en no rebañar mucho la salsa, y ayudarse del arroz que lo acompaña.
- Cordero recental con ciruelas pasas, orejón de albaricoque, cebolla y curry suave. Enorme cazuela con varios trozos de cordero bañados con un jugo ligeramente picante. La carne es de calidad, y el sabor es mortal. Este plato se acompaña con dos tarrinas, una de arroz, y otra de cous cous.
- Solomillo con queso Idiazábal y membrillo. Este plato nos lo ofrecieron fuera de la carta, y no dudamos en pedirlo. Sirven dos piezas por ración. El resultado de la combinación de texturas y sabores en el paladar es fantástico. El solomillo estaba en el punto que pedimos, y además si lo tomabas solo, también estaba buenísimo.
Indicar que se pidió un poco más de arroz para acompañar la salsa de los langostinos, y no causó un incremento en el monto final.
Aunque ya estábamos saciados, no pudimos resistirnos a pedir un postre. Había varios flambeados de frutas, y un par basados en el chocolate. Nosotros pedimos uno de estos últimos:
- Luna llena: un trozo de brownie, y un suflé de chocolate partido a la mitad, y una bola de helado de coco, acompañado de nata y barquillos. Todo estaba bueno, pero destaco el brownie que junto con el helado formaban una pareja ideal.
Al final de la velada ofrecen a los comensales terminar con sus bebidas en la zona lounge, cosa que se agradece ya que ésta es muy agradable.
La cuenta para 4 personas, con refrescos, agua y un martini ascendió a 132.30 €
Como ven es un restaurante especial, al que ir para dejar volar los sentidos.
Un saludo a todos y espero sus comentarios.
DATOS DE CONTACTO
Dirección
C.Cial. La Charca - 2º. Avenida del Oasis, nº 30.
Teléfono
928 14 27 36
Correo electrónico
info@samsara-gc.com
Página web
http://www.samsara-gc.com/
Delicioso el queso de cabra, impresionantes los langostinos, espectacular el cordero y sabrosísimo el solomillo. En resumen, altamente recomendable ;)
ResponderEliminarEste sitio es impresionante...ambiente, comida, servicio y entorno... todo fabuloso. Siempre acertarás cuando lo recomiendes.... solo tiene una pega.... hay que reservar, y la tarea no es fácil.
ResponderEliminarHola A Quico Millo, buscando en la red nos hemos encontrado con tu blog. Te agradezco muchisimo el enorme cariño con el que hablas de nuestro trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo desde Samsara.
Buenas Samsara.
ResponderEliminarEs un placer ir a su restaurante, así que no podía menos que hablar con la pasión que me despiertan sus platos. Espero volver pronto.
¡Saludos!
Nacho, Perico... ¡¡Muchísimas gracias por comentar!!